El film narra la historia verídica de Nathaniel Ayers, un prodigioso violinista que en su segundo año de conservatorio desarrolló esquizofrenia y acabó viviendo en la calle, en donde fue descubierto por el periodista de Los Angeles Times Steve López en el año 2005. Impresionado por su talento, López escribió una serie de artículos sobre él que lo sacaron del anonimato y le permitieron tocar en el Disney Concert Hall.